La salvación por gracia y
por la fe
Desde su juventud, Lutero tenía
miedo al juicio de Dios. Aunque no había cometido ningún pecado
obvio, estaba muy consciente de las pequeñas faltas en palabras,
pensamientos y
comportamiento, que suceden en la vida diaria. El hizo muchos intentos de vencer estas malas inclinaciones, pero su conciencia seguía condenándole. A veces hasta pensaba que estaba predestinado para el infierno; porque si no fuera así, ¿seguramente Dios le permitiría vencer las tentaciones?
comportamiento, que suceden en la vida diaria. El hizo muchos intentos de vencer estas malas inclinaciones, pero su conciencia seguía condenándole. A veces hasta pensaba que estaba predestinado para el infierno; porque si no fuera así, ¿seguramente Dios le permitiría vencer las tentaciones?
Su amigo Felipe Melanchthon
escribe acerca de Lutero como monje joven:
"A menudo grandes terrores le asustaron repentinamente, mientras reflexionaba más intensamente acerca de la ira de Dios y los ejemplos de Sus castigos; de manera que casi se volvió loco. Y yo mismo le vi, cuando fue vencido por la tensión en cierto debate acerca de la doctrina, acostarse en la celda del lado donde repetidamente oró sobre la idea discutida y lo resumió todo bajo pecado, para ser perdonado por todo. El sentía estos terrores desde el inició, o más agudamente en aquel año porque perdió a su compañero que murió en un accidente."
"A menudo grandes terrores le asustaron repentinamente, mientras reflexionaba más intensamente acerca de la ira de Dios y los ejemplos de Sus castigos; de manera que casi se volvió loco. Y yo mismo le vi, cuando fue vencido por la tensión en cierto debate acerca de la doctrina, acostarse en la celda del lado donde repetidamente oró sobre la idea discutida y lo resumió todo bajo pecado, para ser perdonado por todo. El sentía estos terrores desde el inició, o más agudamente en aquel año porque perdió a su compañero que murió en un accidente."
"El joven Martín Lutero se dedicó por
completo a la vida del monasterio, empeñándose en realizar
buenas obras con el fin de complacer a Dios y servir a otros
mediante la oración por sus almas. Se dedicó con mucha
intensidad al ayuno, a las flagelaciones, a largas horas en
oración, al peregrinaje y a la confesión constante. Cuanto más
intentaba agradar a Dios, más se daba cuenta de sus
pecados." (Fuente: Wikipedia)
Lutero dedicó mucho tiempo a
examinar su propio corazón, y a confesar todos los pecados de
ira, odio y envidia contra otras personas; pero dijo desanimado:
"Cuanto más uno intenta lavar sus manos, más sucias se
vuelven." Y por más que recibía absoluciones y hacía
penitencias, siempre se quedó con la pregunta inquietante:
¿Quién me puede garantizar que realmente he cumplido con todas
las condiciones para recibir perdón?
Así seguía buscando una
respuesta a esta pregunta tan importante: ¿Cómo puede un
pecador alcanzar la salvación eterna? ¿Cómo puedo alcanzar la
gracia de Dios?
El verso clave en la vida de
Lutero fue
Romanos 1:17:
"Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá."
Según su entendimiento, "justicia de Dios" podía solo significar que Dios, en Su justicia, tenía que castigarle por sus pecados; porque él, Martín Lutero, no era justo. Se quedó intrigado por la pregunta: ¿Cómo puedo volverme justo?
"Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá."
Según su entendimiento, "justicia de Dios" podía solo significar que Dios, en Su justicia, tenía que castigarle por sus pecados; porque él, Martín Lutero, no era justo. Se quedó intrigado por la pregunta: ¿Cómo puedo volverme justo?
En 1511, Lutero fue enviado por su
orden con un encargo importante a Roma. Este viaje le dio la
oportunidad de ver el centro de la iglesia católica romana con
sus propios ojos. Cumplió con todos los deberes de un peregrino
y visitó todos los lugares "sagrados", y esperaba de
esto conseguir alivio para su alma
Subió de rodillas las
"gradas de Pilato", porque el Papa había prometido una
absolución especial a todos los que hicieran esto. Pero mientras
estaba en medio de esta penitencia, fue como si una voz del cielo
le hablase estas palabras que todavía no entendía: "Mas
el justo por la fe vivirá."
Todavía no encontró el perdón de Dios que buscaba. Pero le chocó la inmoralidad y corrupción que tuvo que observar en Roma. Se encontró con altos dignatarios de la iglesia que llevaban una vida inmoral y que hacían bromas acerca de las verdades de la fe. Encontró que muchos sacerdotes trataban la misa como cualquier quehacer diario, no mostraron reverencia sino al contrario la ridiculizaban. Regresó muy decepcionado; pero aun así, todavía no se atrevía a dudar de la autoridad del papa y de la jerarquía.
Todavía no encontró el perdón de Dios que buscaba. Pero le chocó la inmoralidad y corrupción que tuvo que observar en Roma. Se encontró con altos dignatarios de la iglesia que llevaban una vida inmoral y que hacían bromas acerca de las verdades de la fe. Encontró que muchos sacerdotes trataban la misa como cualquier quehacer diario, no mostraron reverencia sino al contrario la ridiculizaban. Regresó muy decepcionado; pero aun así, todavía no se atrevía a dudar de la autoridad del papa y de la jerarquía.
En 1512 recibió el doctorado y
fue llamado a Wittenberg como maestro de la teología. En aquel
tiempo, los teólogos sabían mucho de las obras de otros
teólogos, pero poco de la Biblia. Lutero, en cambio, se dedicó
completamente al estudio y la explicación de la Biblia.
Mientras estudiaba y enseñaba
acerca de la carta a los Romanos, llegó finalmente a comprender
las palabras "Mas el justo por la fe vivirá.":
No se trataba de ser justo uno mismo, para llegar a la fe. Al
contrario, la fe era lo único que era necesario para volverse
justo. "Cree, y serás salvo." - "Justicia de
Dios", para el que realmente cree, no es castigo; mas bien
es la justicia que Dios da gratuitamente a todo aquel
que cree. Este es el verdadero mensaje del evangelio, que había
sido olvidado por tantos siglos, hasta que Lutero lo trajo
nuevamente a la luz.
Lutero dijo acerca de este
descubrimiento:
"Antes de comprender estas palabras, yo odiaba a Dios, porque él nos asustaba a nosotros pecadores por la ley y por la miseria de nuestra vida; y no suficiente con esto, todavía empeoraba nuestros tormentos por el evangelio. Pero entonces comprendí por el Espíritu de Dios las palabras: 'Mas el justo por la fe vivirá.' Entonces me sentí como nacido de nuevo, como un hombre nuevo. ¡Entré por puertas abiertas directamente al paraíso de Dios!"
"Antes de comprender estas palabras, yo odiaba a Dios, porque él nos asustaba a nosotros pecadores por la ley y por la miseria de nuestra vida; y no suficiente con esto, todavía empeoraba nuestros tormentos por el evangelio. Pero entonces comprendí por el Espíritu de Dios las palabras: 'Mas el justo por la fe vivirá.' Entonces me sentí como nacido de nuevo, como un hombre nuevo. ¡Entré por puertas abiertas directamente al paraíso de Dios!"
Matrimonio. En pleno conflicto campesino, en 1525, Lutero contrajo matrimonio con una exmonja cisterciense de clausura, Katharina de Bora, con la que tuvo seis hijos. Tras la boda, el príncipe de Sajonia le regaló el antiguo convento de los agustinos en Wittenberg, donde junto con su mujer abrió una pensión para estudiantes y siguió incansable con su producción literaria con vistas a apuntalar la Reforma en todas las partes posibles y a defenderla de todos los ataques provenientes tanto desde la Iglesia de Roma como desde dentro del propio movimiento reformador, en el que los anabaptistas y otros reformadores (Zwinglio, Calvino y Knox) intentaban separarse de las doctrinas luteranas. En la imagen, retrato de Katharina de Bora.
Extraído de "Hijos del Altísimo"
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